Un lugar tranquilo
para descansar
Una vez llegamos a la habitación, cerramos la
puerta, comprobamos el baño, abrimos las puer-
tas de los armarios y nos sentamos en la cama
para ver lo cómoda que es.
Luego, probablemente en un gesto inconsciente,
nos echemos para atrás y tumbados en ella escu-
chemos... y si sólo hay silencio, es perfecta.
Los hoteles ofrecen al huésped un hogar lejos de
su casa, con las mismas o mejores comodidades
que esperarían en ésta.
Desde el principio de los tiempos, las personas
han viajado por motivos comerciales, religiosos,
familiares, educacionales o de salud. Estos viajes
duraban días, algunas veces semanas o incluso
meses. Lo que las personas necesitaban para repo-
nerse era buena comida, bebida y un lugar seguro
y cómodo para descansar.
Con el paso de los siglos, los huéspedes se han
vuelto más exigentes pero estas necesidades bá-
sicas continúan siendo las mismas.